dissabte, 23 de novembre del 2013

Una educació bulímica


“Hace unos años, en la clase de una profesora que asistía a nuestro laboratorio de ciencias, durante los cinco años de escuela primaria sólo se estudiaron los grillos. Sí, el programa de ciencias de los cinco años se limitaba al estudio de los grillos. En las primeras clases los niños conocían a los grillos en la naturaleza, saliendo a menudo al campo, describiéndolos, dibujándolos y observando atentamente su conducta, imitando sus movimientos e inventando historias. Después tuvieron que construir un microhábitat que reprodujera con la máxima precisión posible el ambiente natural e introdujeron en él unos grillos. Se informaron sobre cómo alimentarlos, hicieron pruebas y consiguieron crear un ambiente equilibrado. Consiguieron que los grillos se reprodujeran en cautividad. Mientras tanto, seguían profundizando en el conocimiento de estos insectos observándolos en el terrario y estudiándolos en los libros de los que disponían. Cuando estaban ya en tercero o empezando cuarto, los niños llegaron a saber bastante de los grillos y tenían una curiosidad tal que conseguían poner en apuros a la profesora con sus preguntas. La profesora acudió a nuestro laboratorio en busca de ayuda, pero ni siquiera nuestros biólogos tenían conocimientos tan específicos, así que le aconsejamos que se pusiera en contacto con un entomólogo, profundo conocedor de los grillos, que trabajaba en la Universidad de Pisa. La clase empezó una correspondencia con el entomólogo, que respondía a las curiosidades, a las preguntas y a las observaciones de los niños. Esa correspondencia acompañó a toda la clase durante los dos últimos años de primaria. Hacia el final del quinto curso, en respuesta a una carta con observaciones de los niños, el científico le indicó a la maestra que algunas de las observaciones de los niños y de sus descripciones no estaban aún recogidas en la literatura científica sobre estos insectos. Eso significa que los niños habían realizado una contribución original a la investigación científica, que habían aportado algo que los científicos no conocían. Así pues, cabe preguntar-se: esta clase, que “sólo” había estudiado los grillos, ¿se había quedado corta? ¿Qué supervisor o comisario tendría el valor de afirmar que esos niños no habían cursado el programa entero? Esos niños aprendieron a observar, a hacer preguntas, a buscar respuestas. Lo aprendieron con los grillos, pero eso es aplicable a todo y en cualquier ocasión, porque aprendieron a conocer. ¡Ojalá todos nuestros niños estudiaran “sólo” los grillos¡” (Tonucci, 2012)
La investigadora i professora María Acaso i autora de Reduvolution parla que l’educació que tenim avui en dia està bulímica, “te atiborras de apuntes, los vomitas en el examen y en cuanto sales del aula los datos se volatilizan" (Acaso, 2013)
Quina diferencia entre l’escola que proposa Tonucci, on els nens durant cinc anys treballen de manera interdisciplinar a través dels grills, a través de la investigació, observació, experimentació, raonament, pensament científic i artístic amb l’escola tradicional. Què és el que cal aprendre per desenvolupar-se com a persona de manera integral? Per què farcim els nens de conceptes i continguts un darrera l’altre per poder acabar el llibre, el temari, el programa? Cal dur aquesta carrera a contra corrent i anar canviant de tema per quinzena perquè ho marca el ministeri? No és contradictori avui en dia que parlem tant del constructivisme, que el nen és el protagonista, que s’ha de respectar la seva zona de desenvolupament pròxim, els seus ritmes i personalitzar l’educació, continuar fent cas a la carrera que marca el govern? Els mestres sempre tenen por de no acabar el temari, però de què parlem aquí, d’ensenyar o d’aprendre?

Bibliografía
Acaso, M. (15 de Novembre de 2013). Periodista digital. Recuperado el 23 de Novembre de 2013, de http://www.periodistadigital.com/ocio-y-cultura/libros/2013/11/18/maria-acaso-educacion-disruptiva-revolucion-estado-sistema-paidos.shtml
Tonucci, F. (2012). Peligro, niños. Barcelona: Graó.