Después de encofrar toda la azotea para soportar el hormigón
y los hierros del tejado y esperar tres semanas para que los materiales se
sequen apropiadamente podemos desencofrar. Es como desmoldar un pastel. Hay que ir
quitando los clavos que enclavan las maderas, picarlas y desmoldarlas. Por
último quitar las vigas que soportaban todo el peso. Ya está el castillo
exterior prácticamente terminado. Ahora solo queda edificar los merlones y las almenas , el
coronamiento dentado del muro de fortificación de la torre. Los niños disfrutan
colaborando y ayudándose entre ellos. Lo
que más gracia les hace es bajar por la barra de acero.
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