dijous, 6 d’agost del 2015

Experimento con pollos: la importancia del apego materno

Mamá gallina empolló 10 huevos, de esos 10 nacieron 8 hermosos pollitos, del mismo padre y la misma madre. Tres de esos pollitos fueron adoptados por una familia con niños pequeños que querían disfrutar del cuidado de los pollitos. Al cabo de dos semanas, la familia devolvió los pollitos a su madre, que para entonces ya no los reconoció y los rechazó. Esos tres pobres hermanos “huérfanos” quedaron relegados al cuidado de todas las gallinas del gallinero, mientras sus hermanos correteaban libres junto a su madre por todo el jardín.  Al cabo de unas tres semanas, los cambios entre ellos eran inmensos, como se puede evidenciar en la foto. Los que se han criado libres y con los cuidados maternos están grandes, fuerte, ágiles, con mucho plumaje y buen color, sin embargo, los que han sido criados sin el calor materno y encerrados en el gallinero no se han desarrollado tanto, son más pequeños, están débiles y  tienen un plumaje pobre y pálido... Me pregunto si se podría hacer un símil con la crianza familiar de los hijos, respetuosa, natural, en comunidad, con el calor materno y la crianza delegada en edades tan tempranas a los agentes especializados en educación, guarderías, centros educativos masivos donde mantienen a los niños encerrados con sus iguales, largas jornadas diarias, semanas tras semanas, sin demasiado contacto con sus hermanos, padres y sociedad…