Con un envase de plástico, 4 tapones de leche, dos pajitas,
dos broquetas, silicona caliente, un motor, una pila y una botella de plástico
diseñamos un coche eléctrico. Jordi ha disfrutado con la actividad que ha
realizado junto a su padre y con la ayuda de todos sus hermanos. Este coche al
ser eléctrico no necesita la propulsión mecánica continua, camina solo hasta
que se tropieza con algún obstáculo. El formato es sencillo, ahora se puede
investigar en cómo mejorar el diseño, para que tenga una forma más aerodinámica
y mejorar la velocidad. Todo un reto. Más información
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