Una de las partes más complicadas del proyecto de
construcción, de lo que parece terminará siendo la biblioteca, es el forjado
del techo. Básicamente porque trabajar
en las alturas es peligroso para los niños y los materiales son muy pesados.
Para poder rellenar de hormigón la azotea hay que encofrar con vigas y maderas
toda la superficie. Preparar la estructura con los hierros para que el hormigón
quede bien compacto. Los niños ayudan en lo que buenamente pueden, esperando
con ilusión el día que podrán subirse por las paredes de la biblioteca para
leer un buen libro en lo alto del tejado. Probablemente para entonces ya habrá
llegado el verano, al paso que vamos…
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