Setiembre es tiempo
de comprar libros de texto. La mayoría de familias
están obligadas a invertir un dineral en las diferentes editoriales para
comprar la información programada que van a tener que empollar sus hijos
durante el curso escolar.
Pero, ¿qué tienen los libros de texto que sean tan caros? ¿Hacen
falta realmente? En realidad todos son iguales y transmiten la misma información año tras año,
sesgada, incompleta e incluso con errores. No fomentan el pensar ni la reflexión, los
ejercicios están únicamente encarados a la reproducción literal de la
información “veraz e infalible” que ofrecen. Pero sin pensamiento ni reflexión
no existe avance científico en las diferentes disciplinas.
Es mejor no usar libros de texto y fomentar un aprendizaje por proyectos, abierto a diferentes fuentes del saber, o en todo caso, usar los
libros de texto para criticarlos, desmentir las verdades absolutas que
muestran, cuestionarse si hay otros modos de hacer, buscar alternativas, nuevas
fórmulas, fomentar una crítica constructiva para generar nuevo conocimiento y
fomentar en el niño el pensamiento crítico, la autonomía, la capacidad de
análisis, de observación, de comprobación, motivarle a contrastar la
información que recibe no solo de los libros, de su entorno y profundizar en el
saber científico. Es muy motivador para el niño que sea considerado, aún y su corta edad, no un
recipiente vacío que hay que llenar, sino una mente pensante y creativa que con
las herramientas necesarias puede contribuir al avance científico.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada