Mamá gallina empolló 10 huevos, de esos 10 nacieron 8
hermosos pollitos, del mismo padre y la misma madre. Tres de esos pollitos
fueron adoptados por una familia con niños pequeños que querían disfrutar del
cuidado de los pollitos. Al cabo de dos semanas, la familia devolvió los
pollitos a su madre, que para entonces ya no los reconoció y los rechazó. Esos
tres pobres hermanos “huérfanos” quedaron relegados al cuidado de todas las
gallinas del gallinero, mientras sus hermanos correteaban libres junto a su
madre por todo el jardín. Al cabo de
unas tres semanas, los cambios entre ellos eran inmensos, como se puede evidenciar
en la foto. Los que se han criado libres y con los cuidados maternos están
grandes, fuerte, ágiles, con mucho plumaje y buen color, sin embargo, los que han sido
criados sin el calor materno y encerrados en el gallinero no se han desarrollado
tanto, son más pequeños, están débiles y tienen un plumaje pobre y pálido... Me pregunto
si se podría hacer un símil con la crianza familiar de los hijos, respetuosa, natural, en
comunidad, con el calor materno y la crianza delegada en edades tan tempranas a
los agentes especializados en educación, guarderías, centros educativos masivos
donde mantienen a los niños encerrados con sus iguales, largas jornadas
diarias, semanas tras semanas, sin demasiado contacto con sus hermanos, padres y sociedad…
1 comentari:
Realment molt interessant
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