Para trabajar la motricidad fina existen numerosos cuadernos
de ejercicios donde los niños tienen que reseguir líneas y formas geométricas. Cuando
son pequeños escriben sus primeros garabatos controlados con dificultad,
experimentan con los instrumentos y los soportes. Les funciona mejor el
bolígrafo que el lápiz. La pauta Montessori es una gran ayuda para escribir
letras y mejorar la caligrafía aunque el dibujo es la mejor estrategia para
controlar el trazo, la direccionalidad y la intensidad. A través de las diferentes
técnicas secas y húmedas, con lápices de colores, rotuladores, ceras y también
con el uso del pincel podemos usar acrílicos, acuarelas, tintas y témperas, los
niños adquieren destreza y precisión en la motricidad fina.
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