Ronaldo
quería pilotar coches de fórmula uno, pero debido a la crisis ahora se dedica a
montar casas de madera prefabricadas. Viaja con su equipo por toda España,
Francia y Portugal montando casas, garajes y todo tipo de cabañas. Verles
trabajar parece fácil, distribuyen las piezas con suma facilidad y las instalan
como un puzzle, sin embargo es un oficio difícil, cansado y muy entregado. Las
piezas de madera pesan muchos kilos y hay que cargarlos a hombro y saber el lugar
exacto dónde colocarlas. Cuanto más suben las paredes más cuesta cargar las
piezas. Aún y así, en un día pueden llegar a construir 100 metros cuadrados de
casa. Lo que más le gusta de su trabajo es encontrarse gente nueva, conocer
diferentes culturas y disfrutar de la gastronomía de cada región.
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