En una sociedad de consumo y bienestar parece extraño que
alguien decida dedicar su vida a los demás, vivir en austeridad, sacrificarse y
entregarse a la iglesia por completo. Es
la vida de Josep Joan, un sacerdote joven, carismático, simpático, y muy
querido por la comunidad cristiana de su iglesia. Sara y Judit le han
preguntado muchas cosas, si de pequeño pensaba ser sacerdote, si es difícil
la vida religiosa, porqué las mujeres no pueden ser sacerdotes, porque
necesitan hacer la primera comunión para poder comer el pan en la iglesia, si
le gustaría casarse y tener hijos, qué consejo les podía dar para ser una buena
cristiana, etc. Con paciencia, palabras de niño y un buen sentido del humor,
Josep Joan ha respondido todas y cada una de las preguntas. Más que un oficio la
vida religiosa es una auténtica vocación.
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