Ayer charlamos con Yvonne y con Natalia en el programa de
MªJosé Cifuentes la gran guía de la educación infantil sobre la organización
del tiempo en la educación de nuestros hijos.
Salieron temas interesantes, cuidar el ambiente para
propiciar un aprendizaje por inmersión, diferencias entre aprendizaje
espontáneo y aprendizaje académico, flexibilidad e individualización con cada
uno de los hijos, la estructuración del tiempo: tiempo personal, tiempo de
pareja, tiempo dedicado a los hijos y el juego como fundamento al desarrollo
cognitivo, afectivo y social.
Schinichi Suzuki (1969)observó que la adquisición del
conocimiento se producía de manera espontánea en los bebés y los niños,
aprendían algo tan difícil como es la adquisición del lenguaje por contacto
directo con la lengua, por escucha, imitación y repetición. Ideó su metodología
musical con esta filosofía consiguiendo resultados extraordinarios. Hoy en día
el método Suzuki es considerado un método pionero en todo el mundo. Los niños
Suzuki ven en el instrumento un juego, una pasión, un momento lúdico entre la
madre y el hijo donde la música les une y les fortalece sus vínculos afectivos.
Si se puede aprender así la música, también se puede aprender del mismo modo
todas las demás disciplinas. ¿Cómo puede una niña de 5 años pasarse 3 horas
diarias tocando el violín? Bueno, no es nada extraño si consideramos que esa niña
está jugando, disfrutando y experimentando. Lo interesante es que está
aprendiendo a través de su pasión, de su juego. Creo que con éste ejemplo se
encuentra la solución entre la diferencia del aprendizaje espontáneo y el
aprendizaje académico.
Estos dos tipos de aprendizaje, el aprendizaje espontáneo,
natural, donde el niño aprende de manera activa, por contacto directo, por
necesidad y el aprendizaje académico, donde el niño es enseñado de manera
pasiva, no deberían ser antagónicos, deberían ir de la mano para el completo desarrollo
de la persona.
Desde que nacemos hasta que vamos a la escuela se da
mayoritariamente un aprendizaje espontáneo, así aprendemos a hablar, a caminar,
a beber un vaso de agua, a poner la mesa, a recoger la ropa, a cocinar, etc Son
aprendizajes que no se olvidan nunca, son aprendizajes vivos, provisionales,
evolucionan con el niño. El niño tiene curiosidad, necesidad, por aprender. Sin
embargo la mayoría del aprendizaje académico sitúa al niño como un ser vacío al
que hay que llenar de conocimientos. Se produce entonces un aprendizaje de un
saber dirigido, estático, infalible, que el niño debe memorizar para emitir y
reproducir en un examen. Terminan olvidándose al cabo del tiempo. Son
aprendizajes muertos, estáticos, inamovibles.
Pero si reflexionamos sobre el conocimiento científico una
de sus características es su provisionalidad, su falibilidad, lo que hace que la
ciencia evolucione, progrese y ocasiona el descubrimiento de nuevos retos
científicos. Deberíamos provocar en los
niños conflictos cognitivos en su juego diario para que ellos investiguen y
busquen a las fuentes del saber, en ese aprendizaje más formal de un modo
crítico, con pensamiento divergente, fomentando diferentes resoluciones de los
problemas y buscando nuevos retos, nuevos conflictos conceptuales para
resolver.
Esas madres que comentaban ayer en la charla, mi hijo juega
todo el día, ¿qué debo hacer? Está en sus manos crear un ambiente, a través de
curiosidades, diálogos, enciclopedias para niños, documentales, juegos
educativos, un ambiente que una el aprendizaje espontáneo con el aprendizaje formal,
los niños así descubren el placer y la pasión de documentarse, investigar, experimentar,
descubrir, crear y aprenden a conocerse a ellos mismos, sus intereses, sus
inquietudes y sus aficiones. Esto es a mi criterio una educación integral.
Suzuki, S. (1969). Ability development from age zero. USA: Suzuki Method International.
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