Nos adentramos con los niños en un paseo de la ruta del
Santuario del Corredor. Por el camino encontramos la fuente del hierro, con un
agua rica en este mineral que sorprende a todos los niños, y también el pozo
del hielo de Can Bosc, llamado así porque se utilizaba para elaborar hielo, actualmente
solo conserva parte de las paredes. El dolmen es el final de nuestro camino. Fue
descubierto en 1997 y hasta el año 2006 no finalizan los trabajos de
rehabilitación. Pertenece a finales del Neolítico entre 3000 a.C y 2500 a.C.
La excavación permitió recuperar pequeños objetos de cerámica, de sílex
y de cobre. Los niños pasaron un día fantástico explorando las ruinas, buscando
jabalíes, zorros, conejos y demás especímenes.
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