La música es uno de
los lenguajes que más nos apasiona. Sara y Judit aprenden a leer partituras y a
tocar juntas, escuchándose una a la otra. El lenguaje musical no es fácil,
sobre todo cuando hay que leer dos pentagramas a la vez, en el piano por
ejemplo, la mano derecha es en clave de sol y la mano izquierda es en clave de
fa. Además, los ritmos de las dos manos son diferentes, y para terminar de complicar
la situación hay que intepretar la partitura, es decir, darle vida a la música
para que no suene como una máquina monótona y aburrida, controlar las
dinámicas, el piano, el forte, la respiración, el ritmo, son tantos los
parámetros que hay que tener en cuenta que los neurocientíficos afirman que la
música activa los dos hemisferios cerebrales.
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