El adviento es un tiempo precioso para preparar a nuestros
hijos para Navidad, entendida la Navidad como una fiesta de la vida interior de
la persona, de su trascendencia, de su deseo de dignidad pero sobre todo de su
deseo de dar, de solidaridad con los demás. Jesús, dos mil años atrás, se entregó
a toda la humanidad para salvarnos, su mensaje todavía hoy sigue tan vivo e
intenso como entonces y tan necesario en nuestros tiempos donde la objetividad
de los valores se ha puesto en entredicho. La educación debe contemplar también
esta vida interior de la persona, la
relación trascendental, la comunicación con Dios. El ser humano tiende a Dios,
a la trascendencia, desde bien pequeño el niño busca el sentido de su vida, erróneamente
busca la felicidad en el tener, el poseer,
los padres debemos fomentar la reflexión y el análisis para que ellos
encuentren el sentido de su propia vida que va más allá del tener y del ser, es la
solidaridad lo que proporciona alegría y satisfacción, entregarse a los demás
mediante el cultivo de los buenos hábitos, la superación de uno mismo, la
solidaridad bien vivida a través del trabajo responsable y la participación social en los
diferentes ámbitos de relación, la familia, la vida laboral, las amistades, el tiempo
libre, para la mejora de la comunidad humana.
Las palabras de Jesús nos salvan de la mundanidad, nos perfeccionan en
todas nuestras facultades, nos hacen personas completas e integrales, conscientes y libres.
Judit, Sara, Jordi y Sergi preparan 25 buenos hábitos, uno para cada día de diciembre, para preparar la Navidad.
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